Habían pasado dos días desde que William y el resto de los Estudiantes de Primer Año regresaron a la academia. Ahora el chico pelirrojo podía mover su cuerpo, pero aún no estaba en su mejor condición. También en ese momento llegaron noticias de la desaparición de Mateo y Leah a sus oídos.
Inicialmente, su primer pensamiento fue ir a Aberdeen y unirse a la misión de rescate para encontrarlos. Sin embargo, sabía que con su condición actual, solo sería un estorbo en lugar de una ayuda si decidía ir.
—¿Te preocupa Mateo y Leah? —preguntó Oliver. Actualmente se escondía en la sombra de William para protegerlo hasta que se recuperara completamente de su lesión.
—Sí, —respondió William—. Desearía poder ir a Aberdeen y buscarlos.
—No tienes que preocuparte por eso. Recibí un mensaje de la Señora que tu Abuelo y algunos de los veteranos de Lont habían ido a Aberdeen a buscar a Mateo y Leah.
—¿En serio? Eso es bueno.