Caballero Dragón de la Guerra

Después de ser rechazado varias veces, Conrad empezó a sentirse abatido. Sabía de antemano que para convertirse en un Caballero Dragón, su Dragón primero debe reconocerlo como su compañero.

Al ver que el Güiverno estaba firme en rechazarlo, el tercer hijo del Marquesado se sintió con ganas de rendirse.

Al ver su expresión triste, William supo que era el momento adecuado para ofrecerle un incentivo que el joven noble no podría resistir.

—Tengo una forma para que ese Güiverno te reconozca como su Maestro —dijo William de manera casual—. La cuestión es, ¿estás dispuesto a pagar el precio?

Conrad giró la cabeza para mirar a su comandante, quien lo observaba con una expresión seria. No sabía cómo William había logrado hacer que estos Güivernos se sometiesen a él, pero estaba dispuesto a pagar el precio si eso hacía realidad su sueño.

—¿Qué precio debo pagar, Comandante? —preguntó Conrad—. ¿Quieres que me convierta en tu sirviente? ¿Tu esclavo?

William negó con la cabeza.