—Lo siento, Wendy —la voz de William, que estaba plagada de vergüenza y culpa, impregnaba su Mundo Espiritual—. Te usé como cebo para acercarme a Carter. Te puse en el camino del gran peligro y él casi logra obligarte a hacer cosas que nunca hubieras hecho en tu estado sobrio.
—No sé si me odias ahora, pero debes saber esto: aceptaré cualquier castigo que me des una vez que me recupere. Lo siento si te sientes desilusionada conmigo. Si quieres poner fin a nuestra relación, lo aceptaré. Soy el culpable y no merezco a alguien como tú en mi vida.
—Wendy apretó su puño y golpeó ligeramente el pecho de William. Había olvidado que el medio-elfo les había dicho que no interrumpieran sus palabras. Los sentimientos en su corazón estallaron, lo que sorprendió a las dos chicas a su lado.
—¡Si quieres disculparte entonces abre los ojos y discúlpate frente a mí! —Wendy gruñó frustrada—. ¡Me aseguraré de golpearte sin contenerme hasta que haya liberado toda mi frustración!