Los Elfos que observaban la batalla desde el bosque contuvieron el aliento cuando vieron el ataque que William había retirado en el último segundo. Aunque estaban bastante lejos, sintieron instintivamente que también habrían sido afectados por el poderoso ataque que el Sangre Media había desatado, si no lo hubiera detenido como hizo.
Elandorr disolvió tranquilamente la barrera que lo protegía y miró a William con una expresión seria. Su compostura anterior ya no se veía y se podía contar que ahora se tomaba en serio a su oponente.
—Veo que puedes respaldar tu arrogancia —dijo Elandorr mientras activaba los encantamientos en su armadura.
—Y tú no puedes respaldar la tuya —replicó William con sarcasmo—. Esperaba más del Comandante de los Elfos, pero supongo que esperaba demasiado. No vales una mier*a.