Varios banderas con los emblemas de los diferentes clanes ondeaban en el aire, mientras el Ejército Élfico se mantenía lado a lado. Elandorr se encontraba en una plataforma elevada en el centro de la Formación del Ejército junto con las personas importantes del Continente de Silvermoon. —¡Hoy es el día en el que mostraremos al mundo que no permitiremos que nos cacen como esclavos! —gritó Elandorr.
—¡Sí!
—¡Nunca más permitiremos que nos traten como herramientas los Humanos! —Elandorr levantó la mano—. ¡Les mostraremos que somos la raza superior!
—¡Sí!
—¡Hoy, marchamos a la guerra! ¡Una guerra que hará temblar al mundo cuando pronuncien nuestros nombres! ¡Somos los Elfos del Continente de Silvermoon! —rugió Elandorr—. ¡Gloria a los Elfos!
—¡Gloria a los Elfos!
Elandorr desenvainó su espada y la apuntó a la Ciudad de Gladiolo en la distancia. —¡Victoria!
—¡Victoria!
—¡Elfos del Continente de Silvermoon! ¡Avancen!
—¡Sí!