Canalizando la Línea de Sangre de Transformación Bestial

Mientras caminaba hacia su apartamento, todos a su alrededor lo miraban con una expresión de asombro.

—¡Bienvenido de vuelta, Gustav!

—¡Buenas tardes, Gustav!

—¿Qué tal estuvo la escuela hoy?

Diferentes personas lo saludaban desde diferentes ángulos.

Algunas chicas adolescentes también lo saludaban con sonrisas. Una de ellas incluso le guiñaba un ojo.

Gustav simplemente inclinaba la cabeza en respuesta a sus saludos y subía las escaleras para dirigirse a su apartamento.

Llegó al pasillo y encontró a Angy nuevamente parada frente a la puerta de su apartamento.

Esta vez vestía unos pantalones cortos de mezclilla y un suéter color mantequilla.

En cuanto vio a Gustav, corrió hacia él.

—Gustav, ¿por qué no me dijiste que eras el nuevo observador de nuestro vecindario? —preguntó Angy en cuanto llegó frente a él.

—Bueno... No necesitabas saber esa información —respondió Gustav con una mirada indiferente y siguió caminando hacia adelante.