—¡Oh, esto es algo que te ayudará a soltar la verdad! —Edan empujó el casco hacia la cabeza de Gustav e intentó colocárselo.
—No te lo permitiré —Gustav giró su cabeza hacia un lado haciendo que el casco se colocara en su cuello.
—Compórtate... ¡No tengo tiempo para jugar! —Edan gritó y movió el casco hacia Gustav, quien seguía moviendo su cabeza intentando esquivarlo.
—¡Agarre! —Edan agarró la barbilla de Gustav con su mano izquierda y sujetó su cabeza con fuerza antes de colocarle el casco.
—Nh... Nhhuo... Grhh! —Gustav murmuró algunas palabras incoherentes mientras intentaba mover su cabeza, pero fue en vano.
La sujeción era tan poderosa que apenas podía hacer ruido. Ya podía decir cuál era la función del casco, pero estaba impotente para intentar detenerlo.