Competidores

Cayó sobre una pequeña roca al frente y respiró aire fresco. Sus ropas y su cabello goteaban agua, dándole un aspecto radiante. Había estado conteniendo la respiración por más de treinta minutos.

—Finalmente he pasado esa región —murmuró Gustav mientras se giraba para mirar hacia atrás.

El ataque bajo el agua resultó ser uno que envenenaba a los seres vivos con los que entraba en contacto. Gustav lo había notado al usar los Ojos de Dios. Por un momento pudo ver que las otras plantas en la cercanía se secaban instantáneamente. Esto le hizo darse cuenta de lo mortal que era la sustancia negra. Su ropa todavía estaba bien porque la sustancia solo afectaba a los seres vivos, pero si no tuviera inmunidad a las toxinas, probablemente su ropa sería lo único que saliera de esa región en una pieza. Soltó otro suspiro de alivio y se dio la vuelta para mirar la bola de luz verde que se encontraba adelante, la cual era muy grande en ese punto. Parecía mucho más cercana y brillante que antes.