Lobo Solitario

Ellos coincidieron en pasar por la única parte que estaba ardiendo con fuego ilusorio en ese momento, así que Gustav tuvo que reducir la velocidad y moverse de acuerdo con su ritmo.

Gustav tendría que esperar hasta que llegaran a una parte del terreno con más fuegos ilusorios para poder tomar otro camino y no ser molestado por su velocidad.

—Ocúpate de tus asuntos —respondió Gustav a la persona frente a él que acababa de hablar.

—¿Qué? Entonces, ¿por qué nos sigues? —preguntó el chico pelirrojo que estaba en frente.

—Este es el único camino seguro en este momento. Cuando avancemos más, no me verás más detrás de ustedes —respondió Gustav mientras continuaba caminando hacia adelante.

—Tú... —Antes de que el participante pudiera replicar, algo sucedió.

¡Shuuuooouuu! ¡Shhhuuuuooouu! ¡Shhhuuuooo!

Las nubes ardientes de repente comenzaron a caer del cielo.

—¿Qué demonios..?

Todos quedaron impactados por las nubes ardientes cayendo del cielo.