—¿Está muerta? —preguntó Angy mientras miraba el cuerpo inconsciente de Maltida, que seguía sin ningún movimiento en el suelo.
Angy verificó si Maltida estaba respirando y descubrió que no lo estaba. Angy aún verificó su pulso, pero todavía no había señales de vida.
Angy miró a Gustav, cuyo rostro seguía tan indiferente como siempre.
—No tenías que... —Angy ni siquiera sabía qué decir.
Entendía cómo todo había llegado a este punto, pero aún se sentía conflictuada porque esta era alguien que tenía lazos con Gustav.
Gustav se giró y comenzó a alejarse.
—Revisale el pulso de nuevo —instruyó Gustav mientras caminaba hacia adelante.
Angy no entendía por qué lo decía, pero decidió hacer lo que se le había indicado.
—¿Eh? —De repente sintió movimiento en el pulso de Maltida.
¡Twitch! ¡Twitch!
Los párpados de Maltida se movieron dos veces, demostrando que seguía viva.