—¿Tienes sentimientos por mí? —preguntó Gustav con un tono de misticismo.
—¿Eh? —los ojos de Angy se abrieron de par en par al escuchar eso.
—¿Q-q...? Yo... Yo... —Angy estaba conmocionada por la inesperada pregunta, así que tartamudeó repetidamente antes de cerrar la boca y bajar la mirada.
Gustav esperó silenciosamente su respuesta.
Después de inhalar y exhalar rápidamente durante unos segundos, finalmente respondió:
—Sí... Tengo sentimientos por ti.
Angy miró hacia arriba y colocó su mano derecha sobre su pecho.
—Hmm, justo como lo imaginé —murmuró Gustav.
—Angy... —llamó Gustav.
—S-sí —respondió Angy con una mirada anhelante.
—La verdad es... También siento algo por ti —confesó Gustav.
Los ojos de Angy brillaron con anticipación al escuchar eso.
—Pero... no aceptaré este sentimiento tuyo —dijo Gustav de repente.
—¿Eh? ¿Por qué? —preguntó Angy con una expresión de confusión.