—Es el único que me viene a la mente... Ellos también dijeron que me derrotaría algún día. Una línea terriblemente familiar, ¿no crees? —Gustav se rió en este punto.
«...»
—Y pensé por un segundo que estaba cambiando... Supongo que estaba equivocado... No hay redención para él —añadió Gustav.
«¿Por qué no sigues observándolo mientras tanto? Su castigo terminará en una semana de todos modos» —propuso el sistema.
—He emitido el combate a muerte... Se llevará a cabo una semana antes de que me vaya en mi misión, siempre y cuando él acepte —dijo Gustav con un tono sin expresión.
«Tú sabes que matarlo no cambia el hecho de que todavía hay alguien por ahí controlando a un grupo de cadetes con fines nefastos y puede acabar con su vida al instante si así lo desean» —declaró el sistema.