—¿Eh? —expresó Endric con un tono de confusión.
—Él vino a mí primero. Lo rechacé y luego fue por ti y te instruyó para que me mataras —respondió Gustav.
—Oh, así que sólo era un peón entonces —murmuró Endric con una expresión abatida.
—Sí, lo eras. No puede manejar el rechazo y también sabe que yo estaría tras él por hacerme una propuesta tan sospechosa, así que trató de usarte para deshacerse de mí —expresó Gustav mientras su mirada se afilaba.
—¡Una decisión de la que se arrepentirá! —el tono de Gustav se volvió extremadamente frío mientras escupía.
—¿Tienes nombres de otros oficiales o instructores bajo su mando? —preguntó Gustav.
—No conozco a ninguno aparte del que fue puesto bajo custodia hace un tiempo. Mantuvo en la oscuridad a muchos otros cadetes bajo él que fueron atrapados por ti también. Sólo conocía a cuatro de ellos —respondió Endric.