Muerto

Han pasado cuarenta segundos y veinte segundos más y podré perforar a este bastardo con mi espada.

—¡Eres tan difícil de matar como esas cucarachas! —dijo el Hombre Lobo de repente y tuve la ominosa intuición de que iba a hacer algo que sería muy malo para mí.

—¡Parece que tendré que usar eso! —dijo el Hombre Lobo y un humo violeta brotó de su cuerpo, ya pensaba que algo así podría suceder.

—¡Puedes invocar el Tótem Espiritual! —pregunté con expresión completamente sorprendida para ganar tiempo, solo necesito distraerlo durante cinco segundos, después de eso puedo atacar.

—Sí, puedo —dijo con bastante triunfo, pero de repente, como si hubiera sentido algo, una intensa expresión de ira apareció—. ¿Estás intentando distraerme? —preguntó mientras blandía su gran espada hacia mí con inmensa fuerza, pero al ver venir el gran hacha hacia mí, no mostré miedo, en cambio sonreí.