Espadachín

A medida que múltiples pasos se acercaban a la casa destartalada, Emery corrió de regreso a donde estaba Lanzo y se paró frente a él. No tardaron mucho en quedar rodeados, ya que dos merodeadores más entraron, elevando las amenazas totales a cinco. Su ataque preventivo había fallado, las cosas habían pasado de difíciles a casi imposibles. El merodeador que acababa de llegar dio noticias a su líder, haciendo que el líder frunciera el ceño antes de decir:

—Hombres, parece que nuestra operación ha sido comprometida. Terminen este lío lo antes posible, para poder salir de la ciudad.