Los caballeros se apartaron, Emery caminó con una espada en mano hacia el hombre empapado en el centro del patio.
—¿Es esto una broma? —gritó Padraig. Apuntó su enorme espada hacia Emery y gritó—. ¡Soy Padraig! ¡El Jefe del Colmillo Carmesí! ¡Muchos caballeros han caído ante mi espada y tú envías a un muchacho a matarme?
—¡Padraig, si puedes derrotar a este joven, te dejaré ir! —dijo el viejo caballero.
—¡Jajaja! La palabra de un caballero es su honor —dijo el jefe del Colmillo Carmesí mientras crujía sus nudillos, cuello y hombros, sintiéndose motivado para pelear con Emery.