Thrax llevó a Emery hacia la segunda entrada, mientras los dos estaban atentos a posibles enemigos. Después de caminar unos minutos, Emery vio que una docena de otros acólitos se habían reunido cerca de la entrada, como si estuvieran esperando algo o a alguien. Cada uno de ellos escudriñaba sus alrededores con vigilancia y estaban completamente equipados con armas, demostrando que estaban listos para una confrontación en cualquier momento.
Por el desorden visto en el área circundante, Emery pudo concluir que una batalla acababa de suceder en este lugar. Parecía que todos los reunidos aquí eran acólitos regulares y habían capturado a otros acólitos regulares. En cuanto a la razón, ni Thrax ni Emery la sabían aún, pero al menos podían adivinarla.
Emery se acercó para observar más de cerca y vio a un acólito capturado suplicando ser liberado.