El trozo de madera perforó su cuerpo como si fuera una lanza real. Ninguna cantidad de fuerza espiritual ni poder de batalla sería suficiente para aliviar el dolor de tal herida.
Aunque era dolorosa, Emery no estaba demasiado preocupado. Después de todo, había sido herido mucho peor antes. Desde el ataque del orco en el bosque, cuando Abuelita le cortó uno de sus brazos, o los ataques implacables de ese niño dragón, cada uno de ellos le causó un dolor inimaginable mucho, mucho peor.
La mejor manera de manejar esa herida era sacar rápidamente el trozo de madera y lanzar un hechizo de [Bendición de la Naturaleza] sobre la herida. Si podía hacerlo, entonces la herida se cerraría en cuestión de minutos. Pero ahora, Emery no estaba exactamente en una buena situación para hacerlo. No podía simplemente usar su magia frente a miles de personas.