Respuestas

¡Zas!

Con sus hábiles reflejos, Emery atrapó inconscientemente el brazo de Gwen en el aire, deteniendo su ataque. La situación se volvió instantáneamente más incómoda, con él sujetando firmemente el brazo de la princesa y estando tan cerca de ella.

—¿¡Por qué me estás golpeando?! Esas fueron las primeras palabras que vinieron a su mente, pero su intuición le dijo que tenía que haber una razón detrás de esto, ya que prácticamente podía sentir las emociones de Gwen burbujeando bajo la superficie.

La princesa parecía estar en medio de una rabieta furiosa, pero estando tan cerca de ella, Emery vio lágrimas reflejadas en sus ojos. Ella se apartó de su agarre con un movimiento contundente.

—¡Tú...! —Su ira era tan visceral que apenas podía pronunciar sus palabras—. ¿Por qué me mentiste?! ¡Lanzo! ¡Emery! ¡Merlin! ¿Quién eres, realmente?!

Parecía que había estado reprimiendo estas preguntas durante mucho tiempo y ahora finalmente podía arrojarlas hacia él con veneno hirviente.