Emery trajo a Klea con él a su finca en el pueblo de Venta. Ya era tarde en la noche, pero tan pronto como Emery llegó, sus asistentes se apresuraron a la puerta principal para darle la bienvenida a él y a su invitada.
—Espero que el lugar no sea demasiado modesto para una Reina —dijo, sonriendo cálidamente.
Klea puso las manos en sus caderas, exclamando el interior de la finca con un ojo crítico.
—Bueno, definitivamente es una degradación de nuestra sala de academia de élite.
Su respuesta rápidamente le recordó a un incidente durante sus días en la academia, donde casi pasaron la noche juntos. La chica lo miró con una sonrisa maliciosa y un brillo astuto en sus ojos. Parecía que lo había mencionado con el único propósito de recordarle aquel incidente.
—Emery, salgamos a charlar hasta la mañana, tenemos tantas cosas de qué ponernos al día.