Emery rápidamente sacó a Morgana de la fuente termal y cubrió su cuerpo medio desnudo con su ropa.
Podía sentir su cuerpo ardiendo desde la frente hasta el cuello. Incluso sus dedos parecían que podían quemarlo. No solo eso, sino que Emery podía sentir que su temperatura seguía aumentando a una velocidad considerable.
Con sus habilidades médicas limitadas, revisó su pulso. Era extremadamente caótico. Aunque sabía que Morgana necesitaba ayuda urgente, debido a su limitado conocimiento médico, Emery no sabía qué tenía que hacer en esta situación. En su actual predicamento, intentó llamarla.
—¡Morgana! ¡Morgana!
La respuesta que la chica dio fueron solo movimientos lentos, tratando de empujarlo. Pero no había manera de que Emery la soltara. No con ella así. La sostuvo fuerte, abrazándola desde su espalda.