En realidad, Emery nunca había planeado siquiera una vez dejar su lado de la batalla al llamado azar. La apuesta colocada sobre la mesa era simplemente demasiado grande para dejar las cosas en la probabilidad de que el enemigo atacara o no.
Por lo tanto, desde el principio, había preparado las estrategias y el entorno utilizado de la mejor manera posible, para aumentar al máximo su perspectiva de ganar. Decidió no explicar su táctica en detalle para que tanto Arturo como Gwen no se preocuparan.
Además, todavía existía la posibilidad de espías dentro de sus filas. Por lo tanto, solo su confidente más cercano y el personal relacionado sabían sobre el plan.
Antes de llegar al campo de batalla del este, Emery le dijo a Galahad y sus mil quinientos arqueros que llevaran tantas flechas como pudieran. Así que uno podía ver claramente los cientos de montones de flechas tiradas en el campamento. Además, él fue quien dirigió cuándo y dónde los arqueros de Demetea dispararían sus flechas.