La fiesta de bienvenida del tercer año lo hizo sentir ansioso de inmediato, y ser llamado a ver al director apenas una hora después de ser recordado. Las cosas no podían ser más preocupantes.
Emery caminó siguiendo al magus a través de un largo túnel. Al final del túnel, los dos entraron en una especie de caja que los levantó por las escaleras. Luego atravesó otro túnel similar al anterior, con la única gran diferencia de que éste tenía una gran ventana que mostraba el vasto cielo azul que rodeaba la isla flotante de la Academia de Magos.
En el cielo que parecía no tener límites, podía ver aparentemente innumerables objetos voladores que se parecían a barcos hechos de acero flotar alrededor de la academia.
El magus que lideraba el camino miró hacia atrás a tiempo para ver a Emery admirando la vista. Sin embargo, no podría importarle menos, y lo llamó.
—Continúe, acólito. El director lo está esperando.