¡Habían pasado diez años!
El Clan Yun había resistido durante diez años. ¡Ahora, debido a su existencia, era el momento para que el Clan Yun se levantara y se asegurara de que nadie se atreviera a ofender al Clan Yun de nuevo!
—Yun Xiao, ¡échalo fuera! Si Gao Ling se atreve a dar un paso dentro de la Hacienda General, arráncale una pierna. Si se atreve a dar dos pasos, arráncale ambas. ¡Ya veremos cómo entra a nuestra Hacienda General!
La chica sacudió sus mangas y se sentó, cruzando las piernas. Lucía tan dominante y autoritaria que la gente temblaría bajo su mirada.
Era como una verdadera reina, sentada en su trono y mirando desde arriba a Gao Ling.
Antes de que Gao Ling tuviera tiempo de responder, una figura negra y alta había aparecido ante él. Sintió un aliento helado y sediento de sangre en su rostro, su corazón se saltó varios latidos.
Y entonces...