Yéndose a Casa (3)

—Yun Xiao, quienquiera que te haya herido, yo me vengaré por ti —murmuró con resolución.

¡Ella jamás permitiría que alguien cercano a ella resultara herido!

—Te tengo a ti y eso es suficiente —miró hacia abajo a la mujer frente a él y mostró una leve sonrisa.

Podría renunciar a cualquiera en el mundo, excepto a ella. Y no le importaría si todo el mundo lo hubiera abandonado. Mientras ella estuviera con él, eso sería suficiente para él.

—Hemos estado fuera por mucho tiempo. Creo que mi viejo debe estar realmente enojado conmigo, y ahora mismo lo que hice en el Reino Liujin no ha sido revelado a la gente del Reino Longyuan. Necesito volver a casa antes de que la gente de Longyuan se entere de estas cosas —Yun Luofeng levantó la cabeza que estaba enterrada en su pecho y esbozó una sonrisa tierna.

Volver a casa...

¿Qué tan cálidas eran esas dos palabras para Yun Xiao, que no tenía familia? ¡Desde este momento, cualquier lugar donde ella estuviera, sería su hogar!