Xiao Qiye

Yun Luofeng, el genio de la Escuela de Medicina de Huaxia, murió en un accidente y su alma se adhirió a la inútil Señorita Mayor de la Hacienda General en el Continente Longxia.
No solo era esta basura inapta en las artes literarias y marciales, sino que además era pechugona sin cerebro, arrogante y voluntariosa. No le bastaba tener un prometido perfecto como el Príncipe Heredero. En realidad, arrebató por la fuerza a un chico guapo en público, lo que llevó al Príncipe Heredero a anular su compromiso.
Sin embargo, la desperdiciada no pudo soportar ese shock, así que se ahorcó para terminar con su vida.
Al abrir los ojos de nuevo, ya no era la anterior inútil señorita mayor.
Con un contrato con el Código del Dios de la Medicina, la posesión de un espacio de plantas espirituales y manos milagrosas que pueden devolver la vida a los muertos, ¡sus habilidades médicas asombrarán al mundo! Extendiéndose desde los reyes y nobles en la cima hasta los comerciantes y las familias antiguas e influyentes abajo, todos competirán para ganarse su favor. ¿Incluso Su Alteza el Príncipe Heredero, quien anteriormente rompió el compromiso, llegó tocando a la puerta con el deseo de reconciliarse?
Con respecto a esto, cierto hombre misterioso finalmente no pudo soportarlo más y proclamó: “Quien se atreva a venir y molestar a mi mujer, ¡que vengan pero que nunca regresen!”

Emperador Fantasma, Esposa Salvaje: Señorita Mayor Excéntrica

—Sin embargo, ahora mismo, había escuchado esta frase de "un esposo que sólo es mío por toda una vida" de una mujer.


—¡Jaja! ¡Eso es ridículo! ¿Cuántos hombres en este mundo estarían dispuestos a tener solo una esposa? ¡Especialmente si han nacido dentro de la Familia Real!


—Aunque él no tuviera la intención de tomar concubinas, todavía habría numerosas personas que le regalarían a sus hijas. En tal ambiente, ¿cómo podría no ser influenciado?


—Si has terminado, entonces es hora de que me vaya. Mi Yun Xiao todavía me espera en casa...


—La joven sonrió perezosamente mientras sus ojos barrían el apuesto rostro de Gao Shaochen. Después de eso, se giró y se fue bajo la atenta mirada del hombre.


—Viendo la figura de esta joven alejarse, Gao Shaochen quería extender sus manos para agarrarla pero luego se detuvo al darse cuenta de lo que estaba haciendo. Su par de ojos zorrunos se quedaron observando su partida mientras sus ojos titilaban ligeramente.


La Fuerza Detrás de Mu Wushuang (2)