Los ojos negros de Yun Xiao miraban a Yun Luofeng sin pestañear. —Esa vez que vine a buscarte, dije esta frase: Estar a tu lado me hace sentir cómodo. Respecto a esto, nunca te he mentido, pues cuando estoy a tu lado mi cuerpo entero se siente cómodo.
Desde que había cultivado el Método Cielo y Espíritu, un dolor desgarrador surgía con frecuencia en su alma. Sin embargo, siempre que se encontraba al lado de Yun Luofeng, tanto su alma como su cuerpo sentían como si estuvieran rodeados por una cálida energía espiritual, incomparablemente reconfortante.
Yun Luofeng frunció el ceño. —No sabía que tenía tal habilidad.
Ese mismo día, Yun Xiao en efecto dijo esa frase, pero ella no le prestó atención. Presumiblemente, Xiao Mo debió haber entendido su significado pero no se lo informó.
—Yun Xiao, ¿es esa la razón por la que viniste a buscarme? —Yun Xiao asintió con la cabeza honestamente. —Fue por esa razón al principio.