Los ojos de Ning Xin apenas estaban abiertos, sus pestañas en forma de abanico temblaban levemente. Su respiración era muy superficial, tan superficial que parecía que podría desaparecer en cualquier momento.
—Porque te admiro mucho.
Después de un breve momento, la joven abrió los ojos, un par de ojos que parecían como si pudieran hablar, y miró en silencio al hombre delante de ella, una débil sonrisa apareciendo en su bonito rostro.
El corazón de Yun Qingya tembló, su brazo inconscientemente sujetando con fuerza el cuerpo de la joven.