—Entonces necesitas ponerte más dura —dijo Amanecer con una sonrisa alentadora.
Cara observaba a esta extraña mujer con duda. —¿Qué estás tratando de decir? Ya soy bastante dura. Si no hubiera sido así, mi padre me hubiera forzado a abortar a mi bebé hace tiempo —dijo, pero Amanecer pudo sentir cómo temblaba al pronunciar la palabra 'abortar'.
—Si quieres puedo ofrecerte un trabajo que se ajuste a tus… umm… calificaciones…
Los ojos de Cara se abrieron de par en par. Dejó de secarse las lágrimas y miró a la mujer con interés. Luego entrecerró los ojos con sospecha. —¿Estás tratando de meterme en la prostitución? Porque, mujer, ¡entonces voy a matarte!
Amanecer frunció el ceño ante ella y luego se rió ligeramente de sus temores. Sacó su tarjeta del bolso y se la entregó. —Soy Dawn Wyatt y puedes venir a mí cuando quieras. Si decides quedarte con el bebé, prometo darte un trabajo adecuado —dicho esto, le dio una palmada en el hombro de nuevo y luego regresó con su esposo.