El Trato

Daryn miró a sus ojos. —Lo digo en serio, cariño. De hecho, añadiré otros diez millones de dólares a la oferta que tu cliente ha hecho. Ellos la están tomando por quince millones. Yo la tomaré por veinticinco millones —agarró una copa de vino y dio un sorbo al líquido burbujeante.

—Daryn, no quiero tu caridad —dijo ella sonando molesta.

—¿Por qué crees que es caridad, Amanecer? —preguntó él con toda seriedad—. Es puramente una decisión de negocios. Me gusta tu empresa, la hice evaluar por mi gente y ellos piensan que El Software Neo va a subir bastante bien.

Amanecer frunció el ceño. ¿Por qué estaba él de tal humor? —Daryn, no me trates con condescendencia. No me gusta esa sensación.

—No lo hago, querida. Te hablo justo como lo haría un hombre de negocios. Esta es una oferta calculada. Si tienes el coraje, entonces iguala mi oferta y dime por qué no debería tomar control de tu empresa. Porque estoy rugiendo por hacerlo. Está mostrando excelentes retornos.