—Esta mañana, la temperatura en el exterior ha bajado a menos veintidós grados Celsius —comentó Yao Ran—. Cualquiera con cerebro sabe que necesita quedarse adentro para sobrevivir. Sin embargo, en esta situación, Lu Hong tomó la iniciativa de patrullar el Complejo de apartamentos Ling Yuan.
Yao Ran no pudo evitar sospechar de su extraño comportamiento.
—Basándose en las acciones y decisiones pasadas de Lu Hong, sabía que algo estaba mal y que algo grande se estaba gestando en las sombras —razonó para sí.
—Tenemos que tener cuidado con él. Ahora que el agua está congelada, es más difícil encontrar suministros. La última vez que regresamos, trajimos un montón de cosas, y Lu Hong siempre nos espía. Podría coludirse con otros administradores de edificios para atacarnos —pensó un momento y dijo Yao Ran.
—Entonces voy a buscar maneras de aumentar nuestra defensa —estuvo de acuerdo con ella Long Yu.
—Bien. Te dejo este asunto a ti —asintió Yao Ran.