La Sincera Confesión de Long Yu

Mirando la cara obstinada de Yao Ran, Long Yu suspiró. Acarició su mejilla suavemente y dijo sin poder hacer nada —Ran Ran, nunca te haré daño.

Yao Ran frunció el ceño y dijo —Sé que tú no me lastimarás.

Para protegerla, incluso se atrevió a sacrificar su propia vida. Si alguien le dijera ahora que Long Yu la lastimaría, no lo creería.

—Entonces, ¿por qué huiste de mí? —preguntó Long Yu, con un atisbo de agravio en su voz.

Al oír esto, Yao Ran levantó la cabeza y dijo —¡No lo hice! Yo–

Cuando sus ojos se encontraron con la profunda mirada de Long Yu, no pudo continuar con lo que quería decir. Como él decía, tenía miedo.

Tenía miedo de ser traicionada otra vez, de entregar su corazón a alguien más y de volver a ser herida.

Viendo el enrojecimiento en la esquina de sus ojos, Long Yu decidió no forzar sus sentimientos sobre ella y dio dos pasos hacia atrás.