Long Yu y Yao Ran tomaron una ruta diferente a la de la mayoría de los otros sobrevivientes, y no había muchos vehículos ni sobrevivientes caminando por la carretera.
Cuatro horas después, Long Yu salió de la autopista y dijo:
—Ran Ran, ya casi llegamos.
Yao Ran abrió los ojos y miró a su alrededor, notando un aumento en los vehículos en la carretera. Cuando llegaron al Lago Hubin, el cielo apenas comenzaba a aclararse. Mirando el reloj en el tablero, Yao Ran vio que eran las tres de la mañana.
A lo largo del viaje, se encontraron con numerosos sobrevivientes con expresiones entumecidas, avanzando como muertos vivientes. A medida que se acercaba el amanecer, los sobrevivientes buscaban desesperadamente refugio del sol, ya que la exposición a la luz solar podía quemarlos hasta la muerte.