—¿Ran Ran? —llegó la voz profunda de Long Yu desde el teléfono.
—¿A Yu, volverás hoy? —preguntó Yao Ran al escuchar su voz.
—Sí. Llegaremos en cinco minutos. ¿Cómo van los preparativos? —preguntó Long Yu.
—Estamos listos para partir —respondió Yao Ran mirando a los demás.
—Bien. Nos iremos justo después de repostar —dijo Long Yu.
—Está bien. Ten cuidado en el camino a casa —le recordó Yao Ran.
—Mhm, lo sé —con eso, Long Yu colgó.
—Todos, deberíamos bajar ahora —dijo Yao Ran después de guardar el teléfono.
Cuando los miembros de las familias Sima y Quan oyeron esto, se pusieron ansiosos pero esperanzados.
—A Yu y los demás llegarán en cinco minutos. No deberíamos demorarnos más —añadió Yao Ran notando su ansiedad y la esperanza en sus ojos.
Dándose cuenta de que era hora de partir, todos recogieron sus mochilas y siguieron a Yao Ran al estacionamiento subterráneo.