Demuéstralo

El joven soldado asintió, y ambos se movieron cautelosamente hacia la fuente del sonido. Antes de que Wu Lian pudiera ver quién o qué estaba haciendo el sonido, sintió el toque frío del metal contra la parte posterior de su cabeza.

Un segundo después, una voz fría dijo:

—No te muevas, o te volaré la cabeza.

Wu Lian se congeló ante la amenaza y lentamente levantó las manos en señal de rendición. Mirando a su alrededor, vio que al joven soldado también le apuntaban con un arma en la parte posterior de la cabeza. La frustración hervía dentro de Wu Lian mientras maldecía en silencio su propia falta de cuidado.

Sosteniendo el arma, Yao Ran observaba a los dos hombres con uniformes militares y preguntó:

—¿Quiénes son? ¿Qué están haciendo aquí?

Al escuchar las preguntas, Wu Lian frunció el ceño. Esta voz fría le sonaba vagamente familiar. Tras un momento de silencio, preguntó con hesitación:

—¿Señorita Yao?