—¡Fuera! —Lu Zhendong fue despiadado, su voz fría.
Ming Ran se había preparado para esto, pero aún así su corazón se estremeció.
Se mordió el labio, sus manos se cerraron en puños mientras se quedaba quieta, sin moverse ni un centímetro.
—No me iré...
Esta era una oportunidad que finalmente había obtenido con gran dificultad.
Si se iba ahora, nunca tendría otra oportunidad.
—¿Recuerdas este vestido? ¿No dijiste que me veo mejor de blanco? —Ming Ran tenía un par de ojos hermosos que ardían con intensidad.
Lu Zhendong se sentía frustrado por dentro; tiró de su collar, luchando por respirar.
Dio largos pasos con irritación:
—¡Si no te vas, me voy yo!
—No te vayas... —Ming Ran se lanzó hacia adelante repentinamente, abrazando a Lu Zhendong con fuerza, sus manos agarrando firmemente—. ¿Podemos revivir esa noche, por favor?
Se refería a su cumpleaños, la noche en que había sido íntima con Lu Zhendong por primera vez.