Esta pregunta realmente dio en el clavo.
—Conozco gente —dijo Jiang Man sin prisa y con una voz lánguida.
No malgastó más palabras explicando.
—¿Conoces gente en el instituto de investigación? —preguntó Lu Yingxue, con una mirada indagadora, demasiado curiosa y ansiosa por saber más sobre los asuntos de su pequeña tía.
—Yingxue, tal vez no lo sepas, pero tu pequeña tía es una increíble Doctora Divina. Ha salvado a personas en todo el mundo. Muchas personas le deben gratitud por salvar sus vidas. No se trata solo de obtener un boleto de admisión, ¡incluso podría asegurarte un puesto de trabajo en el instituto!
—Tía, no soy tan milagrosa —interrumpió Jiang Man con indiferencia.
—Es una exageración, solo una exageración —sonrió radiante Lu Xuemei.
—¿Mi pequeña tía es en realidad una doctora famosa? ¿Qué doctora famosa?
—No vale la pena mencionarlo.
—¿Cómo que no vale la pena mencionarlo, Man, has oído hablar de él?