El tono de Su Ran llevaba un intento deliberado de complacer, y Fu Qiyuan la miró con indiferencia.
—¿Debería estar agradecido de que tengas un nivel de conciencia tan alto? —Su Ran sonrió, su tono sincero—. Mi conciencia siempre ha sido alta.
Al oír esto, Fu Qiyuan soltó repentinamente una risa suave.
—Alto puede ser, pero cuando realmente importa, no te he visto considerarme tu respaldo —Su Ran se encogió de hombros, algo desamparada—. Su rango es demasiado bajo, no vale la pena tu esfuerzo. ¿Por qué usar la Hoja Creciente del Dragón Verde para matar un pollo? Sería un desperdicio de los dones del cielo.
Tal alabanza directa solo le ganó una mirada fría e indiferente de Fu Qiyuan.