Su Ran llevaba aún hoy un traje casual, con un diseño ceñido que resaltaba su figura alta y delgada, pantalones de pierna ancha combinados con tacones altos negros, un conjunto tan simple como podía ser.
Sin embargo, era precisamente ese aspecto el que le daba un encanto único; sus rasgos eran cautivadoramente refinados, sus cejas y ojos brillantes y perezosos. Simplemente al estar allí, su temperamento frío y distante hacía imposible apartar la mirada de ella.
La mirada errante se detuvo ligeramente, midiendo a ella y a Yun Feng brevemente antes de asentirles nuevamente y dirigirse directamente a su camerino privado.
Su Ran notó los sutiles movimientos de Yin Xiner y sus labios se curvaron ligeramente.
—¿Conoces a Yin Xiner? —preguntó Yun Feng.
Su Ran le lanzó una mirada y sonrió con un rizo en sus labios.
—La Gran Hermana de Starry Media, la renombrada Yin Xiner, ¿quién no la reconocería? —respondió Su Ran.
Yun Feng asintió pensativo y no preguntó más.