Terminar toda cooperación

Con la mirada baja, ella revisaba cuidadosamente todo una y otra vez, con meticulosa atención al detalle, tomando el asunto muy en serio, sin siquiera pasar por alto las puntadas a mano.

Un rostro apuesto estaba lleno de precaución y sinceridad, como si la mano frente a sus ojos fuera el tesoro más precioso del mundo.

¡Los labios de Qin Feng se retorcieron violentamente dos veces!

Era la misma fórmula, ¡el mismo sabor!

¡El familiar sabor de la comida para perros!

La expresión de Xia Shihan, junto con todo su ser, de repente se congeló en el lugar.

—¿Qué había dicho justamente el Presidente Fu?

—Fue esa mujer quien comenzó el problema y la lastimó, ¿entonces por qué él aún la estaba protegiendo?

—¡Esto no era justo!

—Presidente Fu, ¿se ha equivocado? ¡La herida es mía! —dijo Xia Shihan, incluso levantó ligeramente su mano herida en un intento por ganar su simpatía.