—¡Ah, tú zorra! ¡Debo matarte! —el aullido de Wang Xing estaba lleno de desesperación.
—¡Abuela Wang, como una arpía, maldijo a Zhang Meili con el lenguaje más sucio, incapaz de creer que su nieto era de otro! —Incluso antes se había sentido complacida, pero ahora era como una bofetada desnuda en su cara—. ¡Abuela Wang intentó arrancarle el cabello a Zhang Meili otra vez, arrancándole un pedazo de cuero cabelludo, lo que le hizo gritar de dolor!
—¡Vieja loca, voy a luchar contra ti hasta el final! —Zhang Meili empujó a la Abuela Wang con todas sus fuerzas, tirándola al suelo, donde quedó maldiciendo en voz alta.
—El exnovio de Zhang Meili golpeó despiadadamente a Wang Xing, luego escupió al suelo hacia Wang Xing—. Ptu, gracias por cuidar de mi hijo todos estos años. A partir de ahora, puedes ahorrarte las molestias; me ocuparé yo de los dos.