—¿Qué pasa? —preguntó Mu Che al ver a su hermana fruncir el ceño.
—Pica un poco —respondió Mu Chienchien levantando la cabeza para mirar a su hermano.
—¿Pica? ¿Cómo puede doler? —Mu Che se volvió hacia Qin Qin, quien seguía limpiando con calma—. Señorita Qin...
—No te preocupes, esto es la medicina haciendo efecto. Espera un poco y verás los resultados —le aseguró Qin Qin retirando su mano, todavía con algo de Pasta de Músculo de Hielo en la yema.
Estaba a punto de buscar un pañuelo para limpiarse cuando una mano limpia le tendió uno. Qin Qin miró hacia arriba y vio un rostro asombrosamente guapo frente a ella, sonriéndole con un encanto seductor.
—¡Señorita Qin! —exclamó Jiang Qingtian avanzando con el rostro serio y acercándose a Qin Qin, luego mirando a Mo Yunchen—. Tío, Qin Qin no está familiarizada contigo, no hay necesidad de los tuyos.