Mo Tang y Mo Sheng intercambiaron una mirada y luego se quedaron en silencio. Si en el pasado solo respetaban a Qin Qin por Mo Yunchen, ahora la consideraban plenamente como la futura Matriarca.
Justo cuando los tres estaban sentados en silencio, Qin Qin levantó la vista hacia la puerta y, en el siguiente momento, se abrió desde afuera. La alta y atractiva figura de Mo Yunchen apareció en la entrada. Al ver a Qin Qin adentro, su corazón tenso finalmente se relajó.
—¡Presidente Mo! —Mo Sheng y Mo Tang se levantaron y llamaron a Mo Yunchen en voz baja.
Mo Yunchen ignoró a los dos y caminó directamente hacia Qin Qin, atrayéndola con fuerza hacia su abrazo.
Cuando se despertó, pensó que todo había sido un sueño. El sabor de la píldora en su boca le recordó que no era un sueño. Se levantó rápidamente de la cama para encontrarla, enterándose de que él y Mo Tang habían venido al estudio.
Solo cuando la tenía en sus brazos se sentía en paz.