La cara de Gouzi se puso roja de ira —Estás diciendo tonterías, ¿cómo no voy a saber sobre esta regla?
—Jefa, ella está mintiendo. ¿Qué va a saber una niña de la Cámara de Comercio Qin? Solo está tratando de asustarnos —Ladrón A, ya recuperado, se levantó y se acercó a Gouzi, mirando fríamente a Qin Qin.
Gouzi asintió en acuerdo y luego se burló —Casi me engañas.
—Oh, ¿engañarte? Yo nunca engaño a nadie —dijo Qin Qin, y luego sacó su celular y llamó a Guo Kui, pidiéndole que viniera. Guo Kui asintió al otro lado de la llamada, diciendo que estaba cerca por negocios y que llegaría enseguida.
—¿Qué trucos estás jugando? ¿Crees que nos asustaremos solo porque estás llamando a alguien? —Gouzi se burló con desdén. No tenía miedo de esta chica; a lo sumo, ella llamaría a unos cuantos niños menores de edad como ella. Él tenía un cuchillo, ¿qué había que temer?