—Hermana Menor Gan, qué casualidad, ¿también van por esta ruta? —dijo sin vergüenza alguna Huang Jinhong.
—¡Casualidad mis narices! Claramente nos están siguiendo —Gan Tiantian, que por lo general era bastante educada, soltó una palabrota, dejando a Mu Chienchien y a Qin Qin algo atónitas; era la primera vez que veían maldecir a Gan Tiantian.
—Hermana Menor Gan, te ves tan refinada, ¿cómo puedes maldecir a alguien? ¡De verdad que es una coincidencia! —se mostró afligido Huang Jinhong.
—Qin Qin, nos están siguiendo —Gan Tiantian se agarró del brazo de Qin Qin, inflando sus labios mientras hablaba.
—Hermana Menor Qin, te dije que estábamos destinados a encontrarnos —saludó entusiasmado Huang Jinhong al volver la vista atrás y al ver que Qin Qin giraba la cabeza.
Qin Qin ignoró a Huang Jinhong, su mirada se cruzó con los ojos estrellados de Leng Yan, y ella retiró su vista con tranquilidad.