—¡Mm! Aunque no estaba acostumbrado a tomar un tentempié para el té de la tarde, ciertamente apoyaría sus esfuerzos ya que lo trajo.
—Prueba esto. —Ella tomó un aperitivo de té verde claro y se lo extendió a la boca de Mo Yunchen. Mo Yunchen abrió la boca para comerlo, tocando accidentalmente las yemas de los dedos de Qin Qin con su lengua.
—Mm, está delicioso. —Mo Yunchen miró a Qin Qin, con las comisuras de sus labios ligeramente levantadas, seductor y encantador.
Qin Qin miró furiosa a Mo Yunchen, sintiendo que lo hizo a propósito.
—Si está delicioso, cómetelo tú. —Ella había traído amablemente algo para que él comiera, y aun así él estaba burlándose de ella.
—¿Estás enojada? —Mo Yunchen abrazó a Qin Qin, besándole la frente—. Te he extrañado.
—Para, no aquí, esta es tu oficina.
—Nadie entrará.