—¿Qué pasó, Riven? ¿Has visto un fantasma? —preguntó con una risita.
—Su toque… Se sentía… familiar. ¡
...….
Punto de vista de Stefan:
—Pero hueles mejor cuando estoy dentro de ti —dije otra frase cursi con una sonrisa burlona.
—¡Eres un coqueto, Stefan! —Giselle se quejó y golpeó mi brazo con esas manos delicadas.
Me encanta cuando se retuerce así. ¡Se ve tan malditamente linda!
Se levantó y empezó a irse. Yo, siendo la pareja más obediente del planeta, me levanté también y la seguí para fastidiarla aún más.
—Hey, no es mentira. ¡Realmente hueles mejor después de que acabamos juntos! —dije con un tono coqueto.
Me paré frente a ella para bloquearle el paso.
—¡Basta, Stef! ¡Qué vergüenza! —me empujó juguetonamente mientras se retorcía de vergüenza.
No pude evitar reír mientras miraba sus mejillas adorablemente sonrojadas.