Punto de Vista de Tercera Persona:
—¡Hermanos! ¡Llegaron a tiempo! —Stefan no pudo evitar gritar, seguido de un profundo suspiro de alivio.
—¿Nos extrañaste, pequeño Stef? —preguntó Kevin con una sonrisa astuta.
«Él simplemente no puede perder la oportunidad de lucirse frente a Giselle», pensó Stefan con un gesto de fastidio.
—Teníamos que venir. No podemos verte siendo aplastado como una papa machacada, ¿verdad? —respondió Riven con desdén.
«¡Este hijo de puta! ¡Aún se burla de mí en esta situación!», Stefan miró fijamente a su hermano.
Ni siquiera necesitaba dar voz a sus pensamientos, ya que sus hermanos podían leer su rostro y ambos se rieron en respuesta.
—Por cierto, ¿volviste a poner tu celular en modo silencio? —preguntó Kevin con un tono irritado.
Su humor juguetón había desaparecido hacía tiempo.
«¡Parece que estoy en grandes problemas!», Stefan pensó mientras tragaba con dificultad.