Punto de Vista de Tercera Persona:
De repente, el cristal de la sala de reuniones se rompió y un enorme lobo de color marrón dorado entró. Era tan grande que ocupaba una cuarta parte de la habitación.
—¡RIVEN! —Caleb gritó cuando vio a su hermano.
La boca de Natalia estaba abierta de asombro mientras miraba su masivo lobo. Incluso Arturo no había visto un lobo tan gigantesco en sus mil treinta y dos años de vida.
Caleb quitó la bata de la puerta y se la lanzó al lobo. El lobo volvió a transformarse en Riven y se puso la bata sin perder mucho tiempo.
—¿Llego tarde? ¡Vine tan rápido como pude! —dijo Riven mientras se acercaba al centro.
—No, ¡no llegas tarde! —respondió Kevin mientras negaba con la cabeza.
—¿Corriste hasta aquí? —preguntó Natalia confundida.
—Sí, venir en coche habría tomado mucho tiempo, así que tuve que transformarme en mi forma de lobo y correr —asintió Riven en respuesta mientras explicaba.
—¿Quién secuestró a Giselle? —preguntó Riven con tono serio.