Alex no le gustaba mentir, ya que no le temía a nadie, pero la presencia de Joanna le hizo temer por primera vez. También le preocupaba que revelar su identidad lo convirtiera en un blanco fácil para sus enemigos.
Esas eran las razones por las que tenía que mantener su identidad en secreto. Había cubierto bien sus rastros y no había pruebas que lo vincularan con su pasado.
En cuanto a las sospechas de Logan, todavía desconocía los verdaderos motivos detrás de ellas.
—Qué... —Alex comenzó a hablar, pero fue interrumpido por una voz femenina autoritaria.
—¿Cómo puedes afirmar que Alex es Salvador? Ese monstruo nunca podría ser mi esposo.
Los representantes se sorprendieron e intimidaron por su asertividad repentina, pero Alex sintió una mezcla de orgullo y miedo.
Temía que Joanna lo odiara una vez que descubriera la verdad, y sabía exactamente por qué. Sin embargo, se recordó a sí mismo que esto era solo un acuerdo contractual, ¿entonces por qué debería importarle?